Las fórmulas para liquidar deudas son amplias y variadas. Hoy en día es posible pagar con dinero en efectivo, por transferencia de crédito, con tarjeta de crédito, con cheques bancarios y pagarés, y también con nuevos métodos electrónicos, como PayPal o Bizzum.
Una de las fórmulas más antiguas que existe es el pagaré, que nació en la Europa de la Edad Media, concretamente en el norte de Italia. Se inventó para evitar tener que transportar efectivo en desplazamientos y evitar el ataque de los bandoleros en estos desplazamientos. Consistía en entregar dinero a un banquero y éste extendía un documento firmado con la promesa de abonar ese dinero a quien lo aportara.
El pagaré hoy
Poco ha cambiado este documento desde entonces hasta ahora, pues sigue expresando una posición deudora y expresa la promesa de ese deudor de hacer frente a la deuda en una determinada fecha, que se denomina vencimiento. Se trata de uno de los documentos más sólidos que se pueden emitir para garantizar los pagos en las relaciones comerciales.
En definitiva, todos los pagarés tienen la misma función, que no es otra que dar a una persona el derecho a cobrar un determinado importe llegada una fecha, pero no todos los pagarés son iguales y algunos son más usados que otros. Es preciso, entonces, saber que existen diferentes tipos de pagarés.
Cómo funcionan los pagarés
Para entender el funcionamiento de los pagaré es preciso entender los diferentes tipos de pagaré que existen. Los más usados habitualmente son los denominados pagarés bancarios, aunque también se pueden utilizar los de empresa y los llamados a la orden, que son diferentes de los de no a la orden. También se diferencian entre ellos por el tipo de emisor, por la inclusión de la cláusula de a la orden y por la forma y momento de pago.
Una manera de distinguirlos es según su forma de pago, que puede ser para abonar en cuenta, que sólo se pueden cobrar a través de su ingreso en cuenta; también existen los pagarés cruzados, que sólo pueden ser cobrados por quién esté especificado en el mismo y mediante abono en cuenta.
Pagaré según el momento del pago
En este caso, tenemos cuatro tipos diferentes de pagaré. El primero de todos ellos es el pagaré a la vista, que se pagan en el momento en el que se presentan para cobrar. De alguna manera, sería como cobrar al contado. Existe también la opción de pagaré a un día fijo y determinado, en donde se determina la fecha exacta en la que el tenedor (la persona o empresa a la que se le envía el pagaré) podrá cobrarlo.
Otra opción de pagaré es a plazo variable, en la que es preciso añadir otra fecha de vencimiento para calcular el vencimiento. Por ejemplo, si una empresa tiene una forma de pago a treinta días, el pagaré se emitirá a treinta días posteriores a la recepción del documento de deuda o factura.
Según la cláusula a la orden o no a la orden
En un pagaré a la orden el pagaré puede utilizarse para pagar una deuda, con el denominado endose. Así el documento pasa a un tercero que puede cobrarlo de manera anticipada si decide anticipar su cobro en una entidad de financiación o banco, que puede financiar o anticipar este importe.
Este endose no puede, sin embargo, utilizarse con un pagaré no a la orden. El pagaré sólo se puede utilizar para un pago a terceros a través de un proceso notarial, lo cual encarecerá notablemente el proceso de pago.
Finalmente, los pagarés pueden ser bancarios o no bancarios. En el primer caso, son los concedidos por un banco y que suelen entregarse al beneficiario en un talonario. Los pagarés bancarios deben ser atendidos antes del vencimiento del pago y suele hacerse contra la cuenta bancaria del emisor. Por su parte, el pagaré no bancario, también denominado de empresa, son los emitidos por las empresas y suelen llevar una domiciliación bancaria. Estos pagarés, al no contar con garantías bancarias, están cada vez más en desuso.
Diferencia entre un pagaré y otros documentos
Los pagarés son muy similares a las letras de cambio. De hecho, tienen una regulación jurídica bastante parecida. La diferencia es que, mientras el pagaré lo emite el deudor y éste crea y emite el documento, la letra de cambio es redactada por el acreedor.
También el pagaré tiene similitudes con el cheque. Ambos documentos son emitidos por una entidad bancaria. La diferencia es que en el cheque siempre interviene la entidad bancaria que incluso puede avalar su cobro. La principal diferencia está en el tiempo en el que se puede acceder al cobro de las cantidades: en un pagaré aparece el vencimiento, mientras que en el cheque no se establece una fecha de vencimiento y se puede cobrar inmediatamente.