Hace unos días, en tertulia con amigos, entre carcajadas y risas, así, sin más, uno de ellos entonaba repetidamente; “Yo soy rielera tengo mi Juan. Él es mi vida y yo soy su querer. Cuando le dicen que ya se va el tren. Adiós mi rielera ya se va tu Juan”.

Este corrido, corrió como pólvora durante la Revolución y décadas posteriores,  fue compuesto por Samuel Margarito Lozano Blancas, nacido en el barrio de Amatitlán, aquí en Cuernavaca, es el autor -generalmente desconocido en todo México- de un sinnúmero de corridos revolucionarios que merece un reconocimiento, que una calle de su barrio lleve su nombre porque varias de sus obras son difundidas y consideradas de autor anónimo. Sus corridos que pasaron de boca en boca, llegaron al cine y al radio, y hoy están perdidos en viejos discos. “La Rielera” su corrido más famoso, habla del amor de un soldado y su mujer en la lucha revolucionaria. Los corridos son composiciones musicales mestizas oriundas de nuestro país, cuyos antecedentes datan del siglo XVIII y están emparentados con la polca checoslovaca y similares a los Cantares de Gesta de la Época Medieval que narran hazañas de un héroe y sus virtudes como modelo para el pueblo. Durante los días revolucionarios, el corrido cumplió con una doble función: era un texto lírico recreativo y además informativo.

Margarito, también fue autor de múltiples canciones, poemas y otros corridos que trascendieron de boca en boca y de campamento en campamento revolucionario; de Cuernavaca escribió “Desde las altas montañas, Cuernavaca luce ufana, con moradas buganvilias y su hermoso panorama, con sus jardines y huertas, su follaje embriagador y sus verdes arboledas, esa joya es un primor…”. 

Solo por la tradición oral, hizo que el oriundo de Amatitlán, junto con su obra no pasara desapercibido en Morelos. 

Amatitlán, en la rivera oriente de la Barranca de Amanalco fue el lugar de su niñez, donde nació el 10 de junio de 1881, sus padres fueron Romualdo Lozano García y la señora Juana Blancas; “Amatitlán de mis amores, barrio de adobe y empadrados, barrio de gente pía y convento santo, donde se mece el aroma del guayabo…”

Desde niño desarrolló el sentido musical y de sus instrumentos, como la guitarra, la mandolina y el bajo sexto.

En 1907 hizo su primera presentación pública en un circo, y ese año compuso “Himno Anti-reeleccionista”, en el que plasmó el sentir del pueblo para terminar con el porfiriato.

La Revolución, fue una época dura, amarga y cruenta para los morelenses, aquí se padeció más la violencia, las privaciones, pero también fue inspiradora de artistas populares plasmada en pinturas, canciones, poesía.

Samuel Margarito no se escapó de las “levas” y en una acción comandada por militares federales aquí en su estado, fue enrolado a la fuerza en los ejércitos maderistas. Margarito fue enviado al norte a combatir a “Los Dorados” de Pancho Villa, quienes lo apresaron en Ciudad Lerdo, un oficial del ejército villista lo escuchó y lo llevó ante Villa, quien al escucharlo cantar le regaló 500 pesos de aquel entonces, que empleó para mejor vestirse y comprar una fina guitarra, así quedó formalmente incorporado a la “División del Norte”, fue en esa época cuando compuso La Rielera, cuyos versos pegadizos aún se cantan. 

Fue en Torreón, punto de partida de crecimiento demográfico y económico donde Margarito compuso este corrido. Con el tren llegó gente de otras partes de la República, y extranjeros buscando donde trabajar y hacer fortuna, allá  en Torreón, fue donde Don Manuel Suárez y Suárez emitió sus propios billetes que respaldó en oro. De allá partían las cargas de algodón que tanta fama le dieron a la región. Durante la Revolución, el tren se convirtió en el transporte ideal para llevar mercancías, ejércitos y armas.

 

Yo soy rielera tengo mi Juan 

Él es mi encanto, yo soy su querer. 

Cuando le anuncian que ya se va el tren, 

Adiós mi rielera ya se va tu Juan.

 

Tengo mi par de caballos 

para la Revolución 

uno se llama el Canario 

y otro se llama el Gorrión

 

Tengo mi par de pistolas, 

con sus cachas de marfil, 

para darme de balazos 

con los del ferrocarril.

 

Pobres ferrocarrileros 

no pueden tener mujer 

porque la vida la tienen 

entre las ruedas del tren

 

Adiós muchachos de Lerdo, 

de Gómez y de Torreón, 

ya se van los garroteros, 

ya se acabó la función. 

 

Yo soy rielera tengo mi Juan…

 

Pero Margarito también compuso “Eres alta y delgadita, tu hermosura me provoca, mira que nariz que boca, que cuerpo que cinturita, no te cambiaría por otra, aunque fuera más bonita…Y “Marieta” una asombrosa melodía que ha gustado en el mundo traducida a muchos idiomas, que se la han atribuido a otros autores;

“Marieta, no seas coqueta,

porque los hombres son muy malos,

prometen muchos regalos

y lo que dan son puros palos”

Así como múltiples canciones, corridos norteños, sureños, villistas y zapatistas, no menos famosos. “Tampico hermoso” se convirtió en el himno de esa ciudad donde tiene un monumento.

Margarito vivió en una vecindad donde después estuvo la vieja penitenciaria -hoy Parque San Miguel Acapantzingo- en calle Atlacomulco, murió en 1977 en Puebla donde es más reconocido que aquí en su tierra.

Video “La Rielara”; https://www.youtube.com/watch?v=VjeUaCAp5II

Video “Marieta”;  https://www.youtube.com/watch?v=M7_NL3xhkaI

¡Hasta la próxima!

Por: Carlos Lavín Figueroa / carlos_lavin_mx@yahoo.com.mx

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