El Salto de San Antón se encuentra dentro de la zona conurbada de Cuernavaca, está formado por una cascada de 40 metros de altura y al lado sus prismas basálticos. Poco más al norte se encuentra el similar Salto Chico y aguas más arriba otro más pequeño. Este conjunto es el único en América donde se encuentran prismas basálticos colgantes. 

La leyenda prehispánica de esta cascada cuenta que surgió de cuando una doncella esperaba a su prometido que se había marchado a la batalla y que jamás volvió. Ella cayó en depresión y murió de tristeza. Se cuenta que su cabellera siguió creciendo aún después de morir. Y cuando los dioses se dieron cuenta de su sufrimiento, se conmovieron de su dolor y de la forma en que murió esperando a su prometido. Entonces, los dioses decidieron convertirla en una majestuosa cascada. La caída de agua representa su larga cabellera, que sigue fluyendo a pesar del paso del tiempo y de su muerte. Además, el joven amado que perdió la vida en la batalla se fue transformado en el río que cae en la cascada, de esta forma, ambos podrían estar unidos para toda la eternidad y fundir sus almas en una sola. Desde luego que esta romántica narración por su estilo y corte es puramente prehispánica.

La presencia de ésta y otras barrancas con las corrientes de agua que llevan y la vegetación que ahí se desarrolla, provoca el mundialmente famoso agradable clima de la ciudad de Cuernavaca. Funcionan como un gran radiador que reduce la temperatura en toda la ciudad, ya que además por su angostura acantilada y profundidad poco les da el sol, en ellas todo el tiempo existe un clima frío, por otra parte, distribuyen la humedad en todo su recorrido.

Son más de 200 barrancas, barrancos y barranquillas mayores y menores que forman un abanico, la mayoría están al poniente de la zona conurbada, las dos principales son, Amanalco al oriente y Analco al poniente lugar donde se fundó la población indígena, hoy Centro Histórico. Estas barrancas mantienen una gran extensión de bosques donde abundan distintas especies de flora y fauna silvestres, de estas últimas, suman 650. Los invertebrados que las habitan son 292 en su mayoría mariposas. Un pequeño cangrejo llamado “barranqueño”, un pececillo amenazado con desaparecer; 263 aves, entre ellas y particularmente en El Salto, una rara variedad llamada apódidas porque se creía que no tenían patas ya que nunca se posan, se aparean en pleno vuelos, siempre están volando, cazando insectos, toman agua volando a través de la cascada, duermen colgadas de sus patas atrofiadas en las acantiladas paredes de la barranca donde hacen sus nidos, si llegan a caer ya no pueden levantar el vuelo; estas aves son conocidas popularmente como vencejos de cascada, deambulan por todo Cuernavaca comiendo insectos en pleno vuelo, y en las tardes bajan a pernoctar por bandadas a las paredes acantiladas de El Salto, en un espectáculo único. También hay gavilanes, palomas, tórtolas, gorriones, calandrias, primaveras, cuervos, urracas y zanates. también hay 9 reptiles como diversas iguanas, lagartijas, camaleones, tortugas, suman 16 anfibios, gran diversidad de ranas, salamandras, y 69 mamíferos como conejos, cacomiztles, mapaches, tejones, tlacuaches, ardillas. Todas estas especies conviven dentro de las barrancas en pleno centro de la ciudad. 

Todavía en el primer cuarto del siglo pasado se encontraban nutrias de río conocidas como aquí como “perros de agua” por su sonido parecido a un ladrido, median hasta un metro y medio de largo, sus pieles servían de tapetes de cama o en los quicios de las casas. Había almejas de río que hacían un trabajo de filtración continua al tomar del agua el alimento que requerían, así se ocupaban de limpiar individualmente cientos de litros de agua cada una; apenas alcanzaban los dos centímetros y tenían un alto grado de reproducción, más al sur había langostinos.

El pleno centro de la ciudad, han quedado ocultas bajo la superficie, múltiples barranquillas, una de ellas la “De Leyva” en el Boulevard Juárez, más al sur, se conoce como de Santo Cristo, y la del barrio de Tepetates, oculta desde la época colonial. 

A invitación de Paloma Martínez, entusiasta Ayudante Municipal de San Antón, -uno de los diez pueblos originarios de Cuauhnáhuac- hoy sábado 17 a las 10 de la mañana, dentro de los eventos de la “Feria de la Flor y el Barro”; y mañana domingo 18 a las 5;30 de la tarde -para poder apreciar el arribo de las parvadas de vencejos- daremos un plática sobre la formación de esos prismas, un poco de su historia, leyenda, flora y fauna. Será dentro de la barranca y frente a la cascada de San Antón.

¡Hasta la próxima!

Prismas basálticos colgantes de San Antón, únicos en México.

Por: Carlos Lavín Figueroa / carlos_lavin_mx@yahoo.com.mx

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