El Monasterio y la Capilla de Santa María de la Resurrección, ubicada en el poblado de Santa María Ahuacatitlán, Cuernavaca, se encuentran en el olvido total y en peligro de un derrumbe por la falta de un mantenimiento adecuado, a pesar de que es la primera obra maestra del reconocido arquitecto fray Gabriel Chávez de la Mora y el primer inmueble religioso en contar con una nueva liturgia, incluso antes de la conclusión del Concilio Vaticano II.
Fray Julián Cruzalta, profesor de teología de la Comunidad Teológica de México, expresó para Diario de Morelos que lamentablemente dicho recinto ha quedado en el olvido, pues después de la muerte del sacerdote Gregorio Lemercier, quien a mediados del siglo XX sacudió a la Iglesia católica con sus reformas litúrgicas y la introducción del psicoanálisis en la formación de los monjes benedictinos en dicho monasterio, hubo diversos cambios y un litigio por el predio.
“Cuando Lemercier dejó de ser monje se casó, y la Diócesis de Cuernavaca tenía ocupado el espacio, no ecuménicamente, pero sí de hecho. Funcionó muchos años como lugar de retiro. Había unas hermanas religiosas que vivían ahí y muchos grupos sociales y de Derechos Humanos ahí hacían sus encuentros porque la renta era barata, era para ayudar a lo social. (…) Cuando entró en litigio, que duró muchos años, lo tuvo en posesión la Diócesis de Cuernavaca, después vino una resolución judicial en el que el fallo fue para la viuda: se vuelve propiedad privada. Entonces, la Diócesis entrega el monasterio”, relató Fray Julián.
Después de esta resolución, agregó que años más tarde la viuda murió y actualmente se desconoce quién quedó como actual propietario de lo que fue la semilla de una nueva liturgia en el mundo católico.
Hasta el día de hoy este espacio se encuentra deteriorado, pues en una visita que realizó Diario de Morelos desde el exterior, se pudo observar que el oratorio, creado por Agustín Hernández, está en muy mal estado, así como la capilla que diseñó Chávez de la Mora y gran parte de los dormitorios que fueron ocupados por los monjes benedictinos.
La destrucción de este recinto es equivalente al valor de una zona arqueológica, aseguró la arquitecta Josefina Miranda Arambula, perteneciente a la Academia Nacional de Arquitectura capítulo Morelos, quien explicó la grave situación que significa perder un recinto como éste, el cual tiene un valor arquitectónico e histórico a nivel nacional y mundial, de tal grado que la Capilla está incluida en el catálogo del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) de inmuebles con Valor Artístico.
"La importancia grandísima que radica en este inmueble es que es el primero que se construye de su género, tanto en América Latina como a nivel mundial. Es el primero en donde antes, incluso, de la conclusión del Concilio Vaticano II, ya aportaba toda la nueva liturgia que va a quedar establecida en este concilio. En Europa hay varios antecedes, pero ninguno tan completo donde se expresa esta nueva liturgia, del cristo centralizado, para empezar, en el mundo", argumentó Miranda Arambula.
Asimismo, expresó que las aportaciones importantes que se dieron desde este monasterio para el Concilio Vaticano II fueron que la misa se comenzara a dar en las lenguas vernáculas (lenguas nativas), y que la misa se empezó a ofrecer de frente a la congregación, es decir, "el altar se va a separar del muro y se va a poner al centro para tener una comunicación directa en la asamblea".
Salvador Rosas
salvador.rosas@diariodemorelos.com
Cuernavaca, Morelos