La administración de Donald Trump deportó por error a Kilmer Ábrego-García a El Salvador, acusándolo de pertenecer a una pandilla en Maryland, a pesar de que un juez había prohibido su expulsión. La deportación ocurrió el 15 de marzo, según reconoció el lunes un documento judicial.
Un "error administrativo" con graves consecuencias
Un funcionario del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) admitió que Ábrego-García fue incluido "por error" en un tercer vuelo de deportación, bajo la controvertida Ley de Enemigos Extranjeros de 1798. Sin embargo, en 2019 ya se le había otorgado protección legal.
En la presentación, se justificó la expulsión afirmando que se llevó a cabo "de buena fe", basándose en una orden final de deportación y en la supuesta pertenencia del hombre a la MS-13, lo que sus abogados niegan rotundamente.
Exigen su regreso inmediato
Los abogados de Ábrego-García presentaron el 28 de marzo un escrito ante la corte de distrito de Maryland, exigiendo su regreso a EE.UU. y el cese del financiamiento estadounidense de su detención en la megaprisión de El Salvador, a la que describieron como una "notoria cámara de tortura".
"Cuando el gobierno ignora las leyes y las órdenes judiciales, solo le queda el poder de la violencia", argumentaron, señalando que las autoridades pudieron haber impugnado la sentencia de 2019 por vías legales en lugar de violarla.
Un precedente preocupante
La administración Trump utilizó la ley del siglo XVIII para deportar a venezolanos y salvadoreños acusados de integrar bandas criminales, en el marco de su política de represión migratoria. Sin embargo, varios deportados han negado cualquier vínculo con pandillas y los tribunales han bloqueado temporalmente el uso de esta legislación, en medio de múltiples desafíos legales.
Este caso reaviva el debate sobre el respeto a los derechos humanos y el debido proceso en las deportaciones masivas de EE.UU.