La vestimenta típica femenina más conocida del estado de Morelos, es el traje de las mujeres del pueblo indígena de Tetelcingo, lugar que se encuentra a 7.7 kilómetros al norte de Cuautla y que ha sido absorbido por la mancha urbana de esa ciudad.
Dicho traje es realmente muy sencillo, pues consta de tres piezas. Abajo se encuentra el “enredo” o “chincuete” que es una especie de falda que llega a los tobillos, formada por una larga tela rectangular de color azul obscuro (de entre 3 y 4 metros) que se enrolla alrededor de la cadera, atado a la cintura por uno o dos ceñidores (o fajas) de entre 7 y 5 cm. de ancho, principalmente de color rojo, aunque también los llegaron a utilizar morados con una raya azul en la orilla y verde esmeralda con una raya roja. Cabe señalar que en la parte de atrás el “enredo” era replegado con unos tablones que llegaban a formar un pequeño bulto. En la parte superior llevaban un huipil, con un lienzo de tela de 1.44 x 70 cm. aproximadamente, en el que le hacían una abertura al centro por donde pasaban la cabeza, saliendo los brazos por los costados de manera holgada. Una característica particular de las tetelcingas es que no usaban ropa interior por lo que se podía ver su piel abajo del brazo e inclusive parte del busto; estas mujeres andaban descalzas.
Antiguamente, los ceñidores, huipiles y “enredos” eran elaborados por las propias mujeres de Tetelcingo con telares de cintura y la lana era teñida con diversos materiales naturales como el añil y la gran cochinilla. Desgraciadamente, este grupo indígena dejó de tejer desde hace mucho los “enredos” y los “huipiles” y solamente continuaron tejiendo las fajas, pues optaron por comprar las telas azules de lana en Texcoco, que posteriormente cambiaron a telas de algodón. Con el tiempo el traje de tetelcinga ha ido evolucionando y estilizándose y le han agregado elementos como cintas de colores, con el fin de que sea más vistoso para utilizarlo en festivales, congresos y otras actividades culturales como vestido representativo de Morelos.
En 1949, el gran fotógrafo mexicano de origen cubano Luis Márquez Romay (1899-1978), tomó unas magníficas imágenes de mujeres tetelcingas en sus actividades cotidianas como: cargando sus mercancías y tejiendo sus fajas en un telar. Estas interesantes fotografías fueron publicadas en el periódico Excelsior el 28 de agosto de ese año, en el número 1,522, en la Sección de Rotograbado, con el título de “Tipos Indígenas Mexicanos”. Luis Márquez también publicó en 1954 el libro “Folclore mexicano: 100 fotografías de Luis Márquez”, con textos de Justino Fernández, pero desconozco si incluyó en ese trabajo las fotografías de las tetelcingas, pues no cuento con un ejemplar.
Luis Márquez también fue coleccionista de trajes y objetos relacionados con el folclore mexicano. Fue actor, documentalista y guionista de la película dramática romántica Janitzio de 1935, interpretada por Emilio Fernández y María Teresa Orozco. Como fotógrafo también documentó celebraciones religiosas en Chalma y Janitzio, además de otros momentos de la vida indígena de México. Fue colaborador de diferentes periódicos y revistas, además su trabajo fotográfico sirvió para la producción de tarjetas postales, láminas coleccionables y calendarios. En 1955 asumió la dirección del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM y obtuvo un gran número de premios y reconocimientos.
Como en otras partes del país, el número de mujeres que portan cotidianamente sus trajes típicos ha ido disminuyendo considerablemente. Y el caso de Tetelcingo no es la excepción, por lo que solo se puede ver esta vestimenta en muy raras ocasiones y momentos especiales.
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