En los últimos años, Cocomelon se ha convertido en uno de los programas infantiles más populares del mundo. Sus canciones pegajosas, colores vibrantes y animaciones llamativas lo han convertido en una opción recurrente para padres que buscan entretener a sus hijos pequeños. Sin embargo, un creciente número de especialistas ha comenzado a cuestionar el impacto de este tipo de contenido en el desarrollo cognitivo de los niños.

 

De acuerdo con diversos expertos y reportes publicados en medios distintos podría estar provocando efectos negativos en la atención y en la salud emocional de los más pequeños. Una de las principales preocupaciones gira en torno al ritmo acelerado de las imágenes y la sobreestimulación visual y auditiva que ofrece el programa. A diferencia de otros contenidos infantiles más pausados, Cocomelon recurre a cortes rápidos, sonidos estridentes y colores intensos que capturan la atención de manera casi inmediata, generando una respuesta similar a la que producen ciertos estímulos adictivos.

 

Se ha señalado que este tipo de estimulación constante puede alterar la forma en la que los niños procesan el mundo real, llevándolos a experimentar frustración, ansiedad o conductas impulsivas cuando no reciben el mismo nivel de estímulo que les ofrece la pantalla. El término “hiperestimulación” ha comenzado a ganar fuerza entre los psicólogos infantiles que advierten sobre la dependencia emocional que estos contenidos pueden generar.

 

Además, se ha alertado sobre un fenómeno similar al “síndrome de abstinencia digital” en niños que, tras pasar largos periodos viendo Cocomelon, presentan cambios de humor, irritabilidad o dificultad para concentrarse en actividades cotidianas como jugar, interactuar con otras personas o dormir.

 

Aunque aún hacen falta estudios más concluyentes para determinar el alcance real del impacto, muchos especialistas en salud infantil recomiendan limitar el tiempo frente a pantallas y apostar por contenido que promueva la calma, la interacción social y el pensamiento crítico. Algunos pediatras sugieren que programas con narrativas lentas y personajes que fomenten la resolución de problemas o el juego simbólico pueden ser mucho más beneficiosos para el desarrollo emocional y cognitivo de los niños.

 

Por ahora, Cocomelon sigue siendo un fenómeno. Como siempre, la clave parece estar en el equilibrio y la supervisión parental.

 

 

abril  2025  - CDI Morelos

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