Apropósito del tema del Cuernavaca como residencia temporal de personajes famosos, lo siguiente:

En marzo de 2023, se especuló con que el líder narco Édgar Valdez Villarreal, “La Barbie”, reaparecería como testigo colaborador en el juicio contra Genaro García Luna, en Nueva York; que lo haría como testigo colaborador (“soplón”), al igual que Sergio Villarreal Barragán, “El Grande”, y Jesús Reynaldo, “El Rey Zambada”, contra el “súper policía” del gobierno de Felipe Calderón. Pero mientras tanto, de “La Barbie” ni sus luces, desaparecido de los reflectores al grado de que el presidente Andrés Manuel López Obrador pidiera a Estados Unidos que aclarara la ubicación del narco.

No fue sino hasta que los medios publicaron que Valdez se encontraba preso en Florida cuando terminó el misterio del paradero de uno de los criminales más mediáticos de los últimos tiempos y que, ironías de la vida, junto con “El Jefe de Jefes”, Arturo Beltrán Leyva, y “El Grande”, por un tiempo integró el trío de monarcas del crimen organizado de alto nivel asentados en Morelos. Los “analistas” de café no lo decían abiertamente, por temor, pero después lo empezaron a contar porque les constaba o sólo para alardear. Sin embargo, las versiones coincidían.

Aseguraban haber visto a Arturo Beltrán comiendo en restaurantes pomadosos, y se referían a “La Barbie” bebiendo de lo caro en algún antro de Cuernavaca o disfrutando platillos regionales, específicamente en un restaurante de “antojitos” de Cuautla. Custodiado por sus escoltas, el joven güero, de ojos azules y fornido ocupó una mesa arrinconada junto con el que parecía ser su segundo. En tanto, distribuidos en el local sus hombres sostenían en las piernas estuches de bastones de golf de los cuales asomaban cañones de “cuernos de chivo”, y afuera, camionetas suburbans esperaban con sujetos vigilantes y motores encendidos. Todos comieron del bufete, y solamente en la mesa de Edgar Valdez pidieron tragos, pocos, no más de tres. Se portaron educados, pagaron la cuenta, dejaron una propina generosa y se fueron como habían llegado, rápidos, organizados, siguiendo un protocolo de rutina.

Pero eso y más no comenzó a trascender sino hasta después de que el 16 de diciembre de 2009 la Marina armada abatiera a Arturo Beltrán en su departamento de las Torres Altitude de Cuernavaca, y de que en junio del siguiente año se publicara que “El Grande” había dejado ahí mismo cuatro ofrendas florales y tres narcomensajes, jurando vengarse de “La Barbie”. Hubo comentarios mordaces luego de que Valdez fuera detenido el 29 de agosto de 2010 en el estado de México, y de que Villarreal corriera la misma suerte el 12 de septiembre en Puebla. Las conversaciones a toro pasado citaron a Arturo Beltrán como el jefe indiscutible de la plaza de Morelos presuntamente “arreglado” con fuerzas federales, estatales y municipales, mientras altos funcionarios del gobierno estatal hicieron mutis por razones sospechosas. Larga la lista de testigos contra García Luna en el juicio de Nueva York, fue natural que la única testigo a su favor fuera su esposa Linda Cristina Pereyra, millonaria como su cónyuge y, de acuerdo a medios de comunicación, dueña de dos restaurantes llamados Café Los Cedros, uno al sur de la Ciudad de México y el otro en Cuernavaca cuyo nombre original fue “Chelis” o algo así... ¿Y Felipe Calderón? Desde diciembre de 2022 ya andaba a salto de mata, apoyado por el ex presidente de España, José María Aznar, quien le consiguió un permiso de residencia en Madrid. Dios los hace y ellos se juntan… (Me leen el lunes).

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