Cuando la luna llena ilumina las noches de Yautepec, Morelos, los susurros de una antigua leyenda recorren el viento: la historia de la Dama de Blanco. Durante generaciones, los habitantes han contado que, en ciertas noches, una silueta vestida completamente de blanco deambula por el Cañón de Lobos, apareciendo de la nada para aterrorizar a quienes se atreven a cruzar su camino.
Un encuentro que hiela la sangre
Se dice que este espíritu errante es el alma en pena de una mujer, condenada a vagar por la carretera envuelta en su largo vestido blanco. Quienes han sido testigos de su presencia aseguran que, al conducir por el Cañón de Lobos, pueden verla a través del espejo retrovisor, sentada en el asiento trasero. Antes de que puedan reaccionar, la aparición se desvanece sin dejar rastro, dejando tras de sí un gélido escalofrío y una sensación de profundo terror.
Algunos aseguran que la presencia de la Dama de Blanco está relacionada con los misteriosos accidentes que han ocurrido en la zona. Quienes han sobrevivido a estos encuentros hablan de un súbito malestar, de luces que fallan sin explicación y de un susurro apenas perceptible en el aire antes de que el caos se desate.
El Cañón de Lobos: Un cruce entre lo real y lo sobrenatural
Este paso natural entre Cuernavaca y Cuautla no solo es conocido por su peligroso camino de curvas cerradas, sino también por ser el escenario de relatos escalofriantes. Además de la Dama de Blanco, algunos viajeros afirman haber visto a una figura oscura fumando al borde de la carretera: una presencia maldita que muchos identifican con el mismísimo Diablo.
Ya sea una advertencia para que los conductores extremen precauciones o una manifestación real del más allá, las historias del Cañón de Lobos han trascendido el tiempo, envolviendo el lugar en un aura de misterio. ¿Te atreverías a recorrerlo de noche?